- Facilita la gestión de los impulsores desde el rol de conducción
- Ayuda a establecer rutinas de conducción que alimenten el rendimiento y la autonomía
- Enriquece el análisis del desempeño
- Favorece el ejercicio del rol HRBP con una mirada superadora del propio sesgo técnico
- Permite proteger el rendimiento ante cambios planificados o imprevistos
- Orienta el “diseño” del rendimiento y la optimización de los recursos