“Del video podemos aprender la gran lección del conejo y el zorro: elegir de qué manera resolver los conflictos. Hay una segunda lección positiva, que es quitar del medio a los que ven en la confrontación extrema la única manera de resolver sus diferencias”.
Por Guillermo León Barreto
Lamentablemente el conflicto es visto por muchos como una “disfunción” de los equipos, mientras que la verdadera patología es no poder elegir de que manera enfrentarlos y resolverlos.
No sabemos que sorpresas nos deparará el año que viene, pero podemos estar seguros de que vamos a tener conflictos. Es decir, que vamos a estar tironeando de una sábana corta para ver si tapamos los propios pies u otros tapan sus hombros, según las respectivos objetivos, necesidades, o urgencias.
Lo cierto es que podríamos hacer ahora mismo el listado de las situaciones y motivos que nos van a provocar fricciones en el futuro cercano (no van a ser demasiado diferentes de las tensiones que estuvimos administrando hasta éstos días).
No se trata de un ejercicio de adivinación.
Seguramente ya tenemos elaborado un presupuesto para 2018 y estaremos afinando los objetivos de gestión. Con este insumo y la experiencia alcanza para hacer la lista de aquellas personas con las que nos vamos a encontrar tirando de la sábana y anticipar los motivos y disparadores del tironeo.
Esta es la consigna explícita de una sesión de trabajo que invitamos a realizar a nuestros clientes: Listemos los conflictos que podríamos tener en 2018 (en verdad es: “Con qué nos vamos a putear y por qué?”) y hagámonos cargo de decidir de antemano qué queremos hacer con esos conflictos:
-Qué situación o evento vamos a reconocer como “disparador” del conflicto?
-Cómo, cuándo y con quién vamos a reaccionar?
-Qué vamos a querer preservar (hasta dónde los resultados o los vínculos)?
En estas sesiones se conversa con “la otra parte” y se ponen sobre la mesa las hipótesis de conflicto para acordar de antemano cómo reaccionar si se concreta, y que hacer -también que NO hacer- para encauzarlo y volver a acordar que es músculo más que debemos desarrollar:
-Avisar a tiempo cuando se sabe de no se puede cumplir lo pautado
-Preguntar por qué no se cumplió (antes de disparar)
-Revelar las verdaderas capacidades para cumplir (los trapos sucios no siempre pueden lavarse en casa)
-Hacer nuevos acuerdos cumplibles (que tengan en cuenta las restricciones reales)
Hacer buenos acuerdos es un mérito, pero revisar a tiempo los acuerdos y re-negociarlos antes de que los vínculos se deterioren, es una competencia imprescindible.